Mi vida… ¿me pertenece? Para muchas personas, sí, para otras no, para otras no tanto como quisieran. Por supuesto: están los hijos, el trabajo, los amigos y otras personas, que demandan una respuesta de nuestra parte. Sin embargo, un sentimiento de malestar suele presentarse en las personas cuyas vidas parecen tironeadas por la voluntad o las exigencias ajenas. Es como si en un momento de sus vidas, las circunstancias hubiesen requerido que hagan algo que no deseaban hacer, y este requerimiento se hubiese vuelto costumbre, sacrificio. El “tengo que” se sobrepuso al “quiero” hasta hacerlo inasible. Conozco personas que ni siquiera saben ya lo que quieren. ¡Tan lejos están de sí mismas a causa de ese hábito de autopostergación! Gente que estudió la carrera que su padre eligió, gente que no quiere perder el trabajo que detesta, gente que se queda al lado de una pareja porque teme no poder tener otra en el futuro, etc.
Sentirse en el derecho a tener una vida significativa y gustosa no significa carecer de responsabilidades, pero sí elegirlas. Una responsabilidad es una manera de responder a las necesidades del entorno satisfaciendo las nuestras, una danza de dos: Mundo y Deseo. Soñar y caminar, querer y hacer, esforzarse y disfrutar de lo que hago. Eso es lo que procuramos en la psicoterapia transformacional para nuestros clientes. Para esto debemos enfrentar algunos obstáculos externos, los cuales no serán superables mientras no confrontemos los obstáculos internos: creencias, miedos y hábitos arraigados en experiencias dolorosas del pasado. Esto con el propósito de avanzar en la dirección correcta y poder nuevamente desear en libertad (para solicitar una cita, escribir a adolfomaciasterapeuta@yahoo.com o llamar al 2285545 / 0997330894, Quito).
Adolfo Macías terapeuta 